martes, febrero 15, 2005

Algo es algo

(Respuesta a un ataque frontal en cuanto que crítico con la LOGSE).

Hola Disidente.
No tengas miedo de escribir tu nombre. Nadie te perseguirá por decir lo que dices, es lo correcto, lo que hay que pensar, y los demás, los verdaderos disidentes, amontonados en un rincón de SPS, porque publica lo que escribes tal cual. Ya quisiéramos muchos tener la cancha que a los bienpensantes os dan en diarios de máxima difusión, en cadenas de máxima audiencia y en los sindicatos de clase.
Cuidaré mi lenguaje, que tu llamas pedante, para estar a tu altura y haré las correcciones oportunas para que en tus futuras apreciaciones tengas algún tipo de fundamento.
¿Cinismo? Sí. Claro que soy cínico, en eso has acertado. ¿Cómo podrías ver un lobo azulado donde solo hay un cordero si no fuera a base de cinismo?
¿Catedrático emérito de matemáticas? No. Siento que no te encaje. Soy Doctor en Psicología, aunque he de confesarte me gustan las matemáticas y creo en ellas. Trabajo desde hace más de 30 años con alumnos con problemas de aprendizaje o escolarización, primero en Primaria, y desde hace 10 años en un IES, como Psicopedagogo (aunque detesto la palabra). Mis alumnos son los que más han sufrido el sistema que tanto defiendes, y hago por ellos y con ellos todo lo que puedo, pero sin duda es poco.
¿...No seré yo el que he malgastado mi vida? se pregunta Disidente. Pues claro que he malgastado ni vida y mi tiempo (y lo sigo haciendo, me temo). ¡Cómo si con el tiempo y la vida se pudiera hacer otra cosa que malgastarlos!
Miles y miles de alumnos, son muchos, claro, pero no son pocos los que en estos años he tenido oportunidad de tratar y créeme que les he preguntado a todos, y más de una vez y el resultado es la sensación que dejé plasmada y que tu sabrás interpretar descontando los que estimes oportuno por la literalidad de la frase.
No me hagas, por favor, leer otra vez todos esos autores que citas como salidos de una bibliografía de 2° de Psicología o 1° de Sociología. Me quedo con los clásicos, ya sabes Piaget, Vigotsky, Brunner...
Distingo perfectamente entre Inteligencia y Cultura como para saber los aspectos que implica cada una. Acepto el concepto inteligencia de Piaget, pero te sugiero que eches un vistazo (si no te parece pedantería) a lo que Freud dice sobre la cultura.
Conozco las TIMSS y las PISA. Creo que son buenos instrumentos de evaluación de los Sistemas Educativos. He trabajado y estudiado sus resultados y ello me permite mantenerme firme en lo que pienso: incremento progresivo del fracaso escolar en términos absolutos y relativos, caída de la excelencia a mínimos, etc.
Aunque como he dicho antes, no trabajo con alumnos de élite, sino todo lo contrario, veo con preocupación que España sea el país con menos porcentaje de excelentes, lo que sin duda para ti o usted, será un buen dato.
¿Era yo el que tenía la panacea en la mano? Y sin enterarme. Vamos ... vamos. No tengo perdón.
Antes de acabar, quiero aclarar que siento profundamente haberme disfrazado de progre, puesto que no lo soy en absoluto. No soy progre, no porque no lo fuera, que lo fui, sino porque detesto profundamente aquello en lo que se ha convertido el concepto: aceptación tácita de lo que aún se supone es el pensamiento de izquierdas. En mi pensamiento, si es que manda alguien, solo mando yo. Por esto no soy ni quiero ser progre.
Me alegro mucho de su feliz forma de vivir, aunque lamento que SE LA SUDE tanto y que se la renfanfinfle por tan poca cosa.
Resumiendo, y por acabar. Niego la mayor de la LOGSE. Niego el concepto russoniano que se hace del niño, niego el determinismo mecanicista de la metodología que se utiliza, critico que se llame ciencia a lo que es pseudo-ciencia, no admito la caja negra conductista en que han convertido al alumno, ni el papel absolutamente secundario del profesor en el proceso... y tantas cosas más.
Atentamente.

Cordero

jueves, febrero 10, 2005

Gracias, Pere

(Agradecimiento y aclaraciones a un colega que opina sobre "Perdón por partida doble" ).

Gracias.
Tampoco tu respuesta a mi escrito es tan frecuente como las descalificaciones que mencionas en tu contestación. La bobaliconería organizada en estado de espera de consigna, está especializada en desmontar los discursos incorrectos con tres o cuatro adjetivos (carca, facha...) usados de forma yuxtapuesta para evitar el compromiso con la rigurosidad y con las concordancias lingüísticas.
Dejando un poco de lado el carácter pleonástico de mi anterior escrito, he de comentarte que mi idea no era pedir perdón de una manera individual por lo que he hecho, ni con mis hijos ni con mis alumnos. Lo que he hecho es lo que creo de que debía hacer y desde hace tiempo tengo asumido los costes de decir y hacer lo que piensas.
No. No se trataba descargar una de culpabilidad individual, sino de provocar, de generar malestar en los padres de la criatura, de obligar a alguien a explicar lo que pasa con esta mercancía que antes se llamaba educación y hoy es un erial o un campo de experimentación sociológico. Pero están demasiado ocupados leyendo sus estadísticas de autobombo, haciendo informes técnicos para barnizar de ciencia lo que no es más que ideología o religión.
Comentas también que es un poco tarde y es verdad. Es tarde para escribir sobre algo que en 1990, los que habíamos seguido la elaboración del Libro Blanco previo a la LOGSE, ya intuíamos. Es tarde, porque algunos pensamos durante demasiado tiempo que el Sistema se reajustaría por si mismo.
Sobre todo es tarde para esos miles y miles de alumnos que han malgastado su juventud y adolescencia tontamente, que afrontan la vida adulta con poco bagaje intelectual, con desajustes entre el mundo que ven y lo que son capaces de hacer, es tarde porque también le han quitado la posibilidad de hacer estudios nocturnos. Es tarde.
Pero la fecha de mi artículo es del 14/03/00, hace más de 5 años, que también era tarde, pero menos.

Cordero

miércoles, febrero 02, 2005

Querido colega anónimo


Querido colega anónimo.

(La tendencia a utilizar el sello del anonimato cuando se dan opiniones en algunos Forums, más concretamente de tipo educativo, refleja una cierta inseguridad o temor, que no es fácilmente explicable).  

Acepto de buen grado que haya tonterías escritas que no merezcan una mala firma. Ello beneficia sobre todo al que las escribe y no seré yo quien pida más valentía al autor para que nos regale su mejor silencio, pues la libertad de expresión es cosa seria.
Textos agudos y certeros cuya ausencia de propiedad intelectual los libera de ser opinión y los sitúa en la habladuría que no necesita contestación ni desmentido.
Pobre anónimo, tan timorato y contradictorio. Ni tan siquiera sabes que no existes, o mejor dicho, que es como si no existieras. Qué lejos nos queda la sutileza del entre el clavel y la rosa, la Reina escoja e incluso la autocensura que podía llegar a imponerse a los censores de épocas felizmente pasadas, ¿o no pasadas?.
Todo ello ha sido sustituido por el anonimato. Es decir, decir lo que se dice decir, decimos poco y lo poco que decimos, sin firma, para no comprometernos.
Pero, comprometernos ¿a qué?. ¿A las represalias administrativas del técnico-político de turno, informado por esos correveidiles que, tras los visillos, al abrigo del poder y con alguna guardia de menos, trabajan como peones por la eficacia del Sistema Educativo, único sitio donde éste es eficaz: en la gestión de lo políticamente correcto?
Miedo, ¿a qué? ¿A que sepan que existes?, ¿a que te señalen?, ¿a ser mal mirado?, ¿a desentonar en esa gran coral del sí, mande?
En los tiempos en que estamos, tu silencio es su poder y sus mentiras repetidas mil veces por los medios de control de comunicación social más eficaces y rápidos (de prisa), sin apenas contrapunto, se convierten en verdades incuestionables.
Se decía hace tiempo que lo peor de la censura era la autocensura, que exigía un elaborado discurso y una argumentación que superara el formato impuesto por el poder de turno y su equipo de censores. Los escritores, andaban con pies de plomo cuando escribían porque sabían a qué se enfrentaban. Y como también sabían lo que se jugaban hacían sus cálculos y ... firmaban, a veces son pseudónimos.
La autocrítica ha dado paso al anonimato. Debe ser porque es mayor el miedo o el riesgo asumido al decir inconveniencias al poder. O por otras razones que no acabo de entender.
Lo cierto es que son legión los anónimos que aparecen sobre distintos enfoques del hecho educativo y ello no facilita una contestación estructurada a tanto desmán, sino silencio o en el mejor de los casos ruido. Ya les va bien así, sin obstáculos, sin oposición, sin disidencia. Un paseo militar.
Es cierto que todo parece atado y bien atado, aunque ya lo estuvo antes y se desató. Es cierto que controlan hábilmente la propaganda, que están organizados y que aún gozan de la fascinación de los oprimidos. Es cierto que no son tontos, pero tampoco son tantos... Y avanzan porque no encuentran resistencia.
Este es mi homenaje a quien en su momento, pudo hablar y lo hizo, y lo firmó, aunque le costó más de un disgusto. Son los primeros versos de la Epístola satírica y censoria... escrita al Conde Duque de Olivares. Corría el año 1630.

No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
...
Gracias Don Francisco

Juan A. Cordero
Barcelona, 2 de febrero de 2005