miércoles, septiembre 17, 1997

El marco social-cultural del niño

En nuestra época, guiada por la imperiosa necesidad de conseguir logros inmediatos, el esfuerzo para obtener resultados a plazo medio o largo es una cuestión de carrozas. A esto hemos de añadir la "tele" y los continuos mensajes que la mente aún inmadura del niño, decodifica en una misma dirección: la consecución del placer, que es lo mismo que comprar, no puede esperar.
La influencia de la tele, con sus poderosos recursos de color, sonido y movimiento, exige no solo pasividad, sino también fidelidad. Y el niño se ve atrapado en esta red, según los expertos, una media superior a 4 horas diarias. En este tiempo el niño no se mueve, no molesta, pero tampoco piensa ni imagina. La TV piensa y se mueve por él, es un canguro barato, pero idiotizante. La tendencia al hedonismo, la eliminación del esfuerzo y la consecución de objetivos materiales a corto plazo, se van imponiendo como nuevos objetos de culto.
La tendencia a la satisfacción inmediata de lo que queremos, progresa día a día. Los niveles de tolerancia a la frustración, tan necesarios en la vida adulta para afrontar con entereza diversas situaciones complicadas que se van presentando, son cada vez más pequeños. Y la falta de entrenamiento para afrontar situaciones difíciles, hace que estemos completamente a merced de ellas.

Saludos

Cordero