sábado, enero 11, 1997

La inteligencia como coartada

La inteligencia como coartada

En términos generales, hablar de inteligencia supone recurrir a gran cantidad de tópicos y caer en imprecisiones y vaguedades lejanas al concepto, que ayudan a explicar algunas conductas insatisfactorias relacionadas con el aprendizaje infantil. Así pues, su presunta carencia puede justificar, implícita o explícitamente, la falta de aprovechamiento académico. O una variante de ésta, que es aquello de los aprendizajes tan difíciles que se han de hacer.
 
Cualquiera que se dedique a la enseñanza, en cualquiera de los niveles educativos, y pueda contar con una experiencia docente de al menos 20 años, estará en condiciones de afirmar que los contenidos que aprenden hoy los alumnos, son muy inferiores a los que hacían alumnos de la misma edad hace unos cuantos años. Personalmente pienso que dicha pérdida se puede cifrar, al menos, en el 25% en las dos últimas décadas.
 
No es muy arriesgado pensar que con la citada rebaja de contenidos, la tasa de fracasos de alumnos que escolarizan la etapa de educación obligatoria no debería superar el 10%.
 
¿Qué ocurre con ese 40% de niños que, con una capacidad intelectual suficiente para aprovechar la escolaridad, no lo hacen?. (El 40% de fracaso, no está sacado de los informes de evaluación de calidad de la enseñanza realizados por los Servicios de Inspección Educativa, sino de la experiencia docente de profesores reales).

Saludos

Juan A. Cordero Alonso
Barcelona, 11 de enero de 1997