martes, marzo 22, 2005

Psicólogo no Logsiano

(Una matización y una ampliación a los comentarios que aparecen en la entrevista a Inger Enkvist, hecha por la Revista Magisterio).

Estoy casi totalmente de acuerdo con las ideas expuestas en la entrevista que desde Magisterio se hace a Inger Enkvist, también publicada por el sindicato SPS. Sin llegar a hacer un barrido tan sistemático, podemos llegar a estas conclusiones o parecidas.
Solo quería hacer unos comentarios. El primero es el matiz a una generalización que me afecta, y el segundo, sobre la continuidad de un pensamiento que queda solo apuntado, y que a modo de ejercicio intelectual, jugaré a plasmar.
En primer lugar, decir que soy Psicólogo, trabajo como Psicopedagogo en un instituto, y no me veo reflejado en un comentario que la autora hace sobre la posición de los psicopedagogos sobre el carácter de los conocimientos. No niego lo que ella ha afirmado, sé que es bastante cierto pero no totalmente cierto, y por tanto no es generalizable.
Por lo que a mi respecta, creo en la bondad de tener conocimientos, cuantos más mejor, si son de calidad entonces muchísimo mejor, pero voy más allá. Es posible que estos sean buenos independientemente de sus contenidos, es decir, pienso que se justifican no solo en cuando a su calidad sino también por la necesidad que crean en el individuo que los tiene de dotarse de un esquema mental y organizativo en el cual no todo cabe y mucho menos de cualquier manera.
Ciertamente que la lista de las Reyes Godos, el Sistema Periódico de los Elementos, las declinaciones latinas u otras 'barbaridades logsianas o conocimientos' que se enseñaban y aprendían cuando se enseñaba y se aprendía algo, no a todo el mundo le sirve, o no les sirven de igual manera a todos, pero es cierto que el empeño de aprender algo difícil y costoso, el superar el reto de hacerlo, el lograr recordarlo... , e incluso la forma de revelarte contra la autoridad que te lo imponía, eso, eso si fue positivo, aunque tampoco sé si lo fue para todos, puesto que por lo visto hay mucho traumatizado desde entonces dispuesto a tomarse la revancha.
¡¡¡ Cuánto echamos de menos en los institutos el deseo y la disposición para aprender de nuestros alumnos y como cambiaríamos si pudiéramos la risa bobalicona de los eternos adolescentes por ingenio aunque el propio profesor fuera la diana del mismo!!!
O sea, que existen psicopedagogos, al menos uno, que se niega a que lo metan en el saco de los técnicos obedientes de la cosa.
En segundo lugar, en un momento de la entrevista, Inger Enkvist hace comentarios sobre la gravedad de lo que ella piensa que está pasando en la educación, y duda de si es correcto ponerlo negro sobre blando por las sensibilidades que puede herir y porque son cosas que se han de ir asimilando poco a poco.
Como según mi opinión deja el tema abierto, especularé sobre lo que podía haber dicho y no dijo, pidiendo disculpas de antemano por lo osado de la tarea. Si además mis especulaciones no están en línea con su pensamiento las disculpas pedidas son dobles.
Ahora, un niño/alumno es presentado en sociedad como un ser que fundamentalmente nace sabido, es decir cuyo proceso natural de crecimiento le aportará la asimilación de todas o las más importantes conquistas que nuestra sociedad occidental ha ido alcanzando a través de su larga historia. No necesitará leer la tragedia griega para conocer la pasión, ni oir a Bach o Mozart para escuchar la belleza en estado puro, etc, etc. Nuestro niño, no necesitará conocimientos, se dice sin sonrojo, porque sabrá donde buscarlos.
Pero ¿cómo buscarás a Quevedo si no sabes lo que es la sátira, ni entenderías su lectura aunque te lo dieran buscado, porque no tienes conocimientos de entorno, ni léxicos, ni de otro tipo para contextualizarlo?; ¿que harías, en su caso tras buscarlo y encontrarlo?, ¿buscar a alguien que te lo intepretara, te lo explicara y te dijera donde y por qué tienes que reirte?
Si sobran los conocimientos en el aprendizaje, ¿qué es lo que queda?. Pues valores, procedimientos y otras cosas, todas ellas ciertamente muy importantes, pero que las debía traer puestas el alumno de su casa. El fracaso de campañas dedicadas a nuestros alumnos sobre los más variados temas tienen su base en que el proceso de imitación se lleva a cabo a partir de lo que el niño ve hacer y no de lo que el niño oye decir. Nada que ver, el ver hace con el oir decir.
Un alumno con una escolaridad desaprovechada, vacía de conocimientos, de capacidad de esfuerzo, lleno de lagunas, dificultades comprensivas y también expresivas, etc, puede ser un objeto preciado como futuro adulto.
Alguien, algunos de los poderes más activos y organizados de nuestra sociedad seguramente sabrán rentabilizar una situación basada en importantes masas humanas con poca formación y información, orientables, manejables, poco críticos con el sistema, poco capaces de comprender, incapaces de equivocarse porque son incapaces de decidir y con niveles de autonomía tan bajos que desde el punto de vista ético nos harán dudar de la existencia real y efectiva del principio de la libertad y de igualdad, esenciales en el sistema democrático. Grupos organizados que controlan la información, el poder político, el financiero, el ocio... podrían llevar años luchando por este modelo educativo que al final se está imponiendo de forma global.
No sabemos que nos depara el futuro, pero podemos seguir con la imaginación. ¿Cómo y de qué nos quejaremos cuando las limitaciones de comprensión de un mundo complejo como el nuestro sean tan grandes que no lleguemos tan siquiera ni a atisbar lo que está ocurriendo?
¿Qué haremos cuando necesitemos ayudas para abordar problemas cotidianos habituales como adquirir una hipoteca o firmar un contrato de trabajo o de arrendamiento, si nuestra formación no nos permite solucionarlos de forma autónoma?
Alguien, sin duda, actuará de intermediario entre lo que queremos y/o necesitamos y lo que podemos conseguir. Alguien será mediador entre nuestros deseos y la realidad, y podrá adaptar los primeros, manipular la segunda, o hacer ambas dos cosas, que con redundancia evitamos mejor la aparición de desajustes.
¿Estaremos eternamente agradecidos a estos valedores que saben responder adecuadamente a nuestras necesidades, incluso creándonoslas antes?
¿Serán esos valedores futuros, los mismos que también nos defendieron años atrás del ignominioso y conservador sistema de aprendizaje basado en conocimientos, jerarquías conceptuales, rigor y esfuerzo, transformándo el sistema educativo en mediocridad y almacenaje y al profesorado en burócratas obsesivos rellenando papeles inútiles que solo sirven para justificar clamorosas dedicaciones de los intermediarios entre la verdad absoluta y las aulas?
¿Qué precio tendremos que pagar y en qué especie lo pagaremos, a alguno de estos valedores? ¿Será esta forma de actuar, la compra de nuestra alma democrática?
¿Pudiera ser que el actual sistema educativo no fuera un accidente sino un producto acabado, es decir, el resultado de un proceso de diseño, financiado, seguido y corregido hasta ser implementado perfectamente? Y en ese caso, ¿quién lo habría diseñado?
Muchos poderes podrían participar en el reparto de los dividendos de una sociedad sin capacidad de crítica ni de reacción, obediente y sumisa.
Acabo aquí el supuesto, pero tu puedes continuarlo.
Todos podemos comenzar a pensar donde otros han acabado de hacerlo.Todos menos los que desconocen que el progreso de la humanidad se basa en conocimiento, en el saber solidario y compartible y que nadie puede llegar por si sólo y desde cero al nivel de conocimiento acumulado que ha necesitado la sociedad, millones de personas, durante miles de años y en cientos de lugares.

Saludos.

Cordero

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